viernes, 16 de marzo de 2018

DULCE TENTACIÓN...



Tuve que hacerlo, lo siento. 
Sé que no debería haberlo hecho, que el verano ya había terminado y con ello los paseos en bici, las carreras por la playa en bikini, los partidos de padel al atardecer, los bailoteos en la disco hasta el amanecer... 
Esos batidos de frutas y verduras nada más despertar me activaban cada poro del cuerpo y tras ellos un baño en el yacuzzy y el masaje relajante que me preparaba mi amigo Marco.
Sé que no debería haber tirado todo por la borda aquella tarde, pero no pude resistir la tentación. Mi pasión pastelera fue más fuerte que yo. 

Saqué de la nevera cuatro huevos, un yogur, puse en un bol tres partes de harina, y como loca me puse a batirlo todo. Lo horneé durante casi una hora a ciento cincuenta grados centígrados y en cuanto lo desmoldé, impaciente por hincarle el diente, caliente y todo, ¡me lo zampé!

Mariajosé E. M.

Imagen de la red.

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