¡DESPIERTA!...
Hay heridas que se descosen
al roce de un leve pensamiento desprevenido
y escuecen,
como si pusieras sal.
Despierta en mis sentidos
una angustiosa vulnerabilidad,
y para los latidos de un vivido dolor lejano,
olvidado.
Todo son curvas vertiginosas
y me empiezo a marear inevitablemente.
No hay rumbo fijo,
no hay salida,
los frenos no funcionan.
¡Despierta, despierta!!
Mariajosé E. M.
Imagen de la red.
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