viernes, 16 de marzo de 2018
AMANECER EN LA PLAYA...
Nos amaneció sentados en la playa. Estuvimos toda la noche alrededor de la lumbre, María tocaba la guitarra y aceptaba peticiones musicales de todo tipo.
Bebíamos y reíamos, los más atrevidos bailaban sobre la arena y saltaban dando volteretas. Fernando se había liado un canuto y trataba de hacerse el simpático con todas, Noelia había cortado con él esa misma tarde y quería demostrarle que no le importaba nada, que no le afectaba en absoluto.
Yo observaba al grupo y participaba, intentando adaptarme a todos cuanto antes, después de todo sólo llevaba una semana en el pueblo. La noche iba difuminando estrellas en el horizonte y poco a poco, uno a uno se fueron marchando de la playa.
El sirimiri dio paso a una lluvia cada vez más intensa que nos caló hasta los huesos. Entonces, Noelia se puso en pie y me extendió la mano. Yo la acepté y agarrados, nos adentramos en el mar, que recibió nuestros cuerpos ya mojados en un abrazo a tres bandas que nada podrá borrar jamás.
Mariajosé E. M.
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