Se derrumba el techo
del mundo
mientras las brechas
de mi pensamiento
vuelcan derramando
fuego.
Desprovista ya de piel
mi alma,
la devoran sin tregua
mil hormigas.
Ya no me sujetan
ataduras,
pero las alas se
rompieron
en el último vuelo.
Se diluyen las sombras
del reloj
desperdigando las
horas
entre escalones que
solo son de bajada.
Te encontré entre
cajas vacías,
con las manos llenas
de esperanza
y los ojos hechos un
mar de lágrimas.
No juegues más al
escondite conmigo.
No quiero seguir
contando de espaldas a la pared.
Reinventemos un paso
nuevo
Y bailemos una vez más
bajo la lluvia.
Airam E. M.
(Imagen de la red)
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