martes, 27 de septiembre de 2016
EL RITMO DE LA VIDA...
El camino serpenteaba, árido y seco, con la tierra rojiza perdiéndose en el horizonte ante nuestros ojos. Estrecho y lleno de piedras, con las cunetas hundidas a los lados, cuajadas de pasto amarillento y quebradizo.
A lo lejos, se erguía una alameda de eucalipto, adornando el paisaje, poniendo el toque de verdor y frescura como oasis en el desierto extremeño.
Las sombras se alargaban a salto de mata, preludio de una noche serena, mientras el sol decía adiós entre valles y llanuras.
El cielo engalanado de púrpura y blanquiazul, bailaba al ritmo de acordes de sol y luna, mientras el viento traía aromas de jaramago y adelfa.
Llegamos al final del camino, sedientos y jadeantes, con los pies empolvados, pero con el alma repleta de vida y de entusiasmo, encantados de presenciar el magnifico espectáculo del ritmo de la vida ante nuestros ojos.
Airam E. M.
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Magnifico articulo y precioso paisaje extremeño. un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias. Me alegra que te guste.
EliminarUn beso.
Soñando caminos en la tarde. Machado y tú, dos letras distintas, un mismo sentimiento.
ResponderEliminarSegurito que Machado, de haber caminado por estos tan nuestros, hubiese bordado un sin fin de versos con flor de jara y adelfa.
EliminarSaludos amigo.