Cuando todo era posible...
Cuando nada importaba...
Cuando nos dejábamos llevar por los suspiros...
Cuando amanecía la vida en mis pupilas y las tuyas se miraban en mi.
Cuando la primavera estallaba alrededor,
la risa era la banda sonora de mis días,
y la inocencia inundaba cada poro,
cada resquicio del alma.
Cuando despertaba la esperanza
y no había más camino que el tuyo,
los espejos eran nítidos
y el sol no dejaba de brillar.
Cuando era sorda, ciega y muda,
y la noche, por negra que fuera
tenía la luna más bella...
y mi universo eras tu.
Airam E. M.
(Imagen de la red)
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ResponderEliminarLas letras nunca nos deben parecer barrotes de tinta, en ningún tiempo del verbo. Al contrario, a mi se me hacen pájaros volando, escapando quizá de entre esos barrotes del pensamiento. Ellas liberan la mente y la abren para que salga, vuele libre y siempre sea una experiencia renovadora.
EliminarCuando se ama todo se convierte en universo. Un abrazo
ResponderEliminarAmar es en sí todo un universo y es maravilloso, con sus momentos de luz y también de oscuridad.
EliminarOtro para ti Maricarmen.