sábado, 26 de noviembre de 2016
LA LOCURA POR COMPAÑERA DE VIAJE...
Sabía muy bien como llegar a los corazones de quienes le escuchaban.
Acariciaba con palabras y acompañaba con gestos, con el brillo de sus ojos, con sus ademanes de salvaje dulzura.
Miel que a veces era hiel, sabor dulcemente amargo, arañazos en el alma, tropezones y heridas de guerra frescas, cicatrices tatuadas entre lágrimas y suspiros.
Yo me hacía la sorda y él gritaba en la lejanía.
El eco me traía el latido de sus palabras, huecas y vacías, que retumbaban en las paredes de mi mente, a veces sucia, a veces inmaculada, insistente.
La locura era mi compañera de viaje. Ella llevaba mis maletas, una llena de sueños rotos, la otra, con las ilusiones recién planchadas y dobladas, marcadas con hilo de esperanza.
Se encendió la luz del horizonte entre tinieblas, sombra y nieblas de hastío recién estrenado y se estrecharon los senderos.
La mañana llegó hasta mis pies y se derrumbó la noche de mis soledades, tapé el sol con un solo dedo y descolgué las cortinas del desánimo.
Airam E. M.
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Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarY que nunca nos abandone...
EliminarCon ella todo es un problema, pero a la vez, las soluciones se suceden y cada día nos sorprende con algo nuevo, inesperado y eso la hace maravillosa.
ResponderEliminarSaludos!!!